miércoles, 17 de septiembre de 2008

Sobre Messi y Agüero

MAS JUEGO QUE GOLES. La infinita diferencia que hay -y hubo en el campo- entre el Barça y el Sporting de Lisboa no se reflejó en el marcador pese al 3-1 final. Mejoró el equipo de Guardiola respecto a la Liga pero de nuevo le echamos en falta la pegada que caracteriza a los más grandes. El de ayer era un partido para golear y disfrutar, para coger y dar confianza, para irse al descanso con dos o tres goles de ventaja y ahorrarse los sufrimientos innecesarios que llegaron después. El equipo de Guardiola, esta vez con el único invento de Puyol de lateral izquierdo, dominó y creó ocasiones, que es lo que se le ha de pedir a cualquier equipo y es lo que el entrenador pretende, como buen defensor que es de la teoría de que un equipo que juega bien gana más partidos que otro que no juega tan bien. Desde este punto de vista, hay motivos para el optimismo. El equipo crece, sincroniza automatismos, tira de estrategia y, por fin, gana. Todos, jugadores, afición y hasta la prensa, necesitábamos esta victoria para creer en el trabajo que se está haciendo. Pero hay otros puntos de vista, otra teorías, como la de que las grandes estrellas son las que deciden y ganan títulos. Ayer, con un goleador letal como el Eto’o de hace tres años o un genio como el Ronaldinho de hace otras tantas temporadas, el resultado habría sido de escándalo. En fin, que lo ideal sería compaginar la solidez del juego colectivo con la chispa de talento puntual...Mucho me temo, sin embargo, que éste es el debate de nunca acabar. La jornada europea de ayer jugó a favor de las estrellas. Dos goles de Agüero en una noche fantástica del Atlético, otros dos de Gerrard con el Liverpool... cracks absolutamente decisivos para sus equipos. Lo ideal, como lo de sumar solidez y chispa, sería juntar a Messi y Agüero. Con la calidad de Leo y el gol del Kun sería más fácil ganar. Si ayer Messi hubiera culminado los dos slaloms fantásticos que se sacó de la manga, hoy sería portada en todos los periódicos de Europa. Afortunadamente, hay tiempo para que Guardiola logre la cuadratura del círculo. Démoselo.

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